Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Corintios 7, 3-14

3 Que el marido dé a su mujer lo que debe y la mujer de igual modo a
su marido.

4 No dispone la mujer de su cuerpo, sino el marido. Igualmente, el
marido no dispone de su cuerpo, sino la mujer.

5 No os neguéis el uno al otro sino de mutuo acuerdo, por cierto
tiempo, para daros a la oración; luego, volved a estar juntos, para
que
Satanás no os tiente por vuestra incontinencia.

6 Lo que os digo es una concesión, no un mandato.

7 Mi deseo sería que todos los hombres fueran como yo; mas cada
cual tiene de Dios su gracia particular: unos de una manera, otros de otra.

8 No obstante, digo a los célibes y a las viudas: Bien les está quedarse
como yo.

9 Pero si no pueden contenerse, que se casen; mejor es casarse que
abrasarse.

10 En cuanto a los casados, les ordeno, no yo sino el Señor: que la
mujer no se separe del marido,

11 mas en el caso de separarse, que no vuelva a casarse, o que se
reconcilie con su marido, y que el marido no despida a su mujer.

12 En cuanto a los demás, digo yo, no el Señor: Si un hermano tiene
una mujer no creyente y ella consiente en vivir con él, no la despida.

13 Y si una mujer tiene un marido no creyente y él consiente en vivir
con ella, no le despida.

14 Pues el marido no creyente queda santificado por su mujer, y la
mujer no creyente queda santificada por el marido creyente. De otro modo,
vuestros hijos serían impuros, mas ahora son santos.